Los uniformes ejecutivos son uno de los pilares sobre los que se cimienta la identidad empresarial. Utilizar un tipo de vestimenta concreta en el lugar de trabajo permite que los clientes puedan conocer mucho de la empresa por todos los estímulos que recibe a primera vista: colores corporativos, estilo, telas, etc. Cada uno de estos elementos, aparentemente insignificantes, comunican mucho acerca del valor de una marca. Pero no sólo se trata de los clientes. Los empleados también se sentirán más comprometidos con una empresa que, con el uso de uniformes ejecutivos , les hace formar parte de su cultura empresarial.

Y estas son tan solo algunas de las ventajas de utilizar uniformes ejecutivos en la oficina, pero hay muchas más. ¿Las echamos un vistazo?

La primera impresión lo es todo, y más en una era tan veloz como la nuestra. Por eso los uniformes ejecutivos suponen un refuerzo positivo en la percepción que se puede tener de nuestra imagen corporativa.

Unos uniformes bien confeccionados para cada empresa particular otorga una imagen única, lo que genera una impresión positiva en los clientes al percibir un ambiente profesional.

El uniforme debe estar pensado para expresar claramente la cultura empresarial de una marca. Para ello hará uso de colores corporativos y un estilo acorde con la personalidad de la propia empresa. Es habitual que se utilice también el logo de la empresa, pero en ocasiones podemos tomar la decisión de prescindir de él y dejar que nuestro propio estilo sea el que exprese lo que somos y lo que hacemos.

Los uniformes ejecutivos tienen la capacidad de brindar motivación junto con un sentimiento de unidad entre los empleados de una oficina. Vestir con un mismo estilo y colores les hace formar parte de algo más grande con lo que se sienten más comprometidos debido a esta sensación de unión.

Además, al vestir de la misma manera los empleados se sienten en igualdad de condiciones. No perciben que haya alguien mejor que otro y esto evita tensiones innecesarias por una sensación que no es real, pero se percibe como auténtica. Esto fomenta el trabajo en equipo y ayuda a generar un ambiente de trabajo cercano, relajado y positivo, con trabajadores y gerentes que establecen lazos y relaciones de cordialidad entre ellos.

El uso de uniformes en el lugar de trabajo crea también un sentimiento de pertenencia e identidad propia. Esto, habitualmente, ayuda a incrementar el sentimiento de lealtad por parte de trabajadores y clientes, sobre todo si estos uniformes acompañan a toda una estrategia de imagen corporativa bien cimentada y desarrollada.

Visto desde fuera, los clientes podrán llegar a percibir el valor de una marca sólo con observar a sus empleados y la forma en la que visten. Si visitan una oficina o un negocio propiedad de la marca, podrán identificar fácilmente a sus miembros si el uniforme está debidamente pensado. Por su parte, los empleados conversarán informalmente con sus amigos y familiares sobre el uso de este uniforme. Esto generará una sensación de identidad por parte de personas externas a la empresa y empezarán a asociar ciertos colores y estilos a la marca.

En el caso de los empleados, los uniformes ejecutivos suponen un ahorro no sólo para su bolsillo, sino también para su mente. El desgaste mental proviene desde las decisiones más importantes del día a las más insignificantes, y algunas pequeñas decisiones como qué ponernos todos los días pueden crear una especie de fatiga mental.

El uniforme soluciona ese problema porque ayuda a los empleados a ahorrar ese pequeño tiempo que pasan escogiendo qué prendas se van a poner durante un día, ya que el uniforme ejecutivo les evitará ese dilema. Además, gracias a su uso, se reduce el desgaste natural de su propia ropa y ésta, por ende, durará más tiempo, lo que les supondrá un ahorro de costes significativos a largo plazo. El empleado, por lo tanto, estará más despierto y feliz y su productividad aumentará considerablemente.

Dependiendo del tipo de empresa que manejemos deberemos confeccionar un tipo de uniforme u otro. De esta manera será más fácil proporcionar comodidad a los empleados con ayuda de ciertos elementos que pueden añadirse a esta vestimenta.

Por ejemplo, el uniforme empresarial de una tienda no tiene por qué servir simplemente para identificar a los empleados y expresar el valor de la marca; también puede aprovecharse para que los trabajadores puedan llevar encima utensilios que les sean de utilidad durante la jornada.

Algunos chalecos multi-bolsillo, por ejemplo, permiten a los empleados transportar fácilmente el móvil, una libreta, bolígrafos y otro tipo de objetos que utilicen frecuentemente. Si tratan de forma directa con el cliente, éste se llevará una impresión de profesionalidad y eficiencia ya que los trabajadores no tendrán que estar yendo y viniendo de un lado para otro.